Era un ensanchamiento del camino ganadero de la trashumancia a su paso por la población. Los soportales, construidos para protección de vecinos y de los antiguos puestos del mercado, no aparecen hasta 1781 con la decadencia de la Mesta. Las miles de cabezas de ganado, que componían los rebaños de la Mesta, atravesaban la población entrando por la Puerta de la Villa y saliendo por la otra puerta de la muralla.