Tras la conquista de Trujillo en 1232 por Fernando III, el monarca, acompañado por los caballeros de Alcántara y por el obispo de Plasencia, penetra en la comarca de La Serena reconquistando algunas fortalezas islámicas. Don Arias Pérez rendiría y echaría por tierra el castillo musulmán de Mojáfar, construyéndose después este nuevo castillo, sobre el mismo emplazamiento o en un lugar próximo, el cual ha conservado hasta nuestros días el nombre de Castilnovo que define sus orígenes.
Lo más antiguo de la fortaleza parece datar del siglo XIV. Emplazada sobre un cerro al norte del río Guadiana. Se constituye con un cuerpo principal en cuyo flanco meridional sobresalen una torre prismática y otra cilíndrica, comunicadas entre sí y con los adarves mediante un sistema de andenes y escaleras que potencia y garantiza su seguridad y permite una fácil defensa; circundándose todo con una barbacana reforzada también con algunos cubos.
En los últimos años del siglo XV se añadió otro cuerpo a modo de barbacana en el lado meridional, como continuación de la primera barrera, configurado en forma de recinto rectangular con cubos cilíndricos en sus dos esquinas. Quedó entonces en el interior el baluarte citado, permitiendo la creación de un patio de armas en cuyos flancos se construirán varias dependencias residenciales y pecuarias durante la segunda mitad del siglo XVI.
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